Tanto si estás experimentando con el contouring o tratando de dominar alguna técnica nueva de maquillaje, lo primero y más importante es tener un buen lienzo. Sin embargo, una rutina de cuidados de la piel consistente en una docena de pasos y un baño repleto de productos es algo que no todo el mundo tolera. Tal vez por eso, el agua micelar ha hecho su gran reaparición en el mundo de la belleza. El agua micelar (diminutas moléculas de aceite de limpiador de agua micelar suspendidas en H2O de toda la vida) puede funcionar como desmaquillante, limpiador, tónico y crema hidratante, todo en uno.
A diferencia de otros productos limpiadores, el agua micelar deja una barrera intacta de aceite natural en la piel, a menos que te laves la cara con ácido salicílico, que acaba con esos aceites por completo, asegura Melissa Piliang, doctora dermatóloga de la Clínica Cleveland. Cuando te aplicas el agua micelar sobre la piel, las pequeñas gotas de aceite recogen el exceso de aceite y la suciedad de la piel y la eliminan.
Para utilizar el agua micelar, basta con echar el líquido en un trozo de algodón y deslizarlo suavemente por las zonas de la cara sobre las que te hayas echado maquillaje. La fricción del algodón permite la absorción del aceite. Después, dependiendo de tu tipo de piel, puedes elegir entre dejar el aceite restante del agua micelar en tu rostro, o enjuagarte y echarte una crema hidratante suave para conseguir un cutis ultra limpio.