Cuando se pregunta a hombres y a mujeres qué es lo que encuentran más atractivo de su compañero sexual, por una vez hay algo en lo que están de acuerdo: nada enciende más que la confianza. Lo más interesante del asunto es que, si bien es seguro que es genial estar con alguien que tiene confianza en lo que hace, ¿cómo se autoevalúa la gente su propia confianza mientras están disfrutando en la cama? ¿La confianza se retrata de forma física, o es más sutil y nacida de la seguridad psicológica y emocional?
Tal y como era de esperar, las encuestas recientes han informado que algo más del 50% de los hombres se califican a sí mismos como amantes muy confiados y hábiles, mientras que esa cifra en el caso de las mujeres es aproximadamente un 10% más baja. Obviamente, esto nos cuenta más sobre lo que cada sexo piensa que es “ideal” acerca de cómo se supone que deben comportarse en la cama: los hombres son más propensos a sentir que deben ser los amantes potentes y eficaces, mientras que las mujeres asumen un papel un poco más pasivo. Es difícil saber hasta qué punto es fiable medir algo abstracto como la “confianza” en un sentido físico, especialmente cuando los hombres se identifican a sí mismos como los que deben demostrar una potencia sexual excepcional como parte de su identidad. Eso nos lleva a algo mucho más esclarecedor…
Personas de ambos sexos que afirmaban que siempre utilizaban condones en la cama informaban de que siempre tenían relaciones sexuales extraordinarias. Teniendo en cuenta a cuántos hombres les gusta presumir de no poder funcionar cuando llevan condón, parece que eso desmonta el mito, y las razones para ello van probablemente mucho más allá de lo físico.
Desde un punto de vista masculino, sin duda llevar un condón ayuda, en muchos casos, a que el chico aguante un poco más de tiempo. Sacrificar un poco de sensualidad a cambio de una sesión más larga y más beneficiosa para ambas partes parece ser un precio pequeño a pagar cuando se trata de disfrutar de un sexo fantástico. En parte, esto va mano a mano con el ideal masculino de proporcionar placer sexual potente y de larga duración a su pareja, y ciertamente existe un placer psicológico derivado de esta capacidad de entregar.
Desde un punto de vista femenino, y eso también está relacionado con los hombres, utilizar condones elimina una gran cantidad de presiones prácticas y de preocupaciones que van de la mano con el sexo. Disfrutar de tu pareja sin necesidad de preocuparte de los peligros de las enfermedades de transmisión sexual o de un embarazo no deseado es, sin duda, liberador, y más aún cuando eso fomenta un rendimiento sexual basado en la confianza.